Por primera vez en la historia universal, la reproductibilidad técnica emancipa a la obra artística de su existencia parasitaria en un ritual. La obra de arte reproducida se convierte, en medida siempre creciente, en reproducción de una obra artística dispuesta para ser reproducida. (…) Pero en el mismo instante en que la norma de la autenticidad fracasa en la producción artística, se trastorna la función íntegra del arte. En lugar de su fundamentación en un ritual aparece su fundamentación en una praxis distinta, a saber en la política.
Benjamin, Walter. “La
obra de arte en la época de la reproductibilidad técnica”, en Discursos
interrumpidos I. Taurus, Madrid, 1973, p. 27-28
Cuando
W. Benjamin escribe en 1936 sus tesis sobre “La obra de arte en la época de su
reproductibilidad técnica” [así dejó Jesús Aguirre la “reproducibilidad” para
la Historia de la Filosofía], da cuenta de que, para el año 1900, la evolución
del arte había alcanzado un punto en el que la reproducción técnica ya había
conquistado un puesto específico entre los procedimientos artísticos.
Las
nuevas formas de producción capitalista alteraron tanto los métodos de
producción (seriación, experimentación, procedimiento de ensayo/error) del arte
como sus objetivos: El valor de la obra de arte deja de ser cultural –la
autenticidad- y se convierte en valor de exhibición ante un público crítico,
que no muestra recogimiento, sino dispersión.
La
Revolución Industrial fue el detonante de esta alteración de la infraestructura
con sus subsecuentes cambios en la estructura y la superestructura; pero en el
cambio del siglo XIX al XX se da un nuevo salto (que algunos denominan “Segunda
Revolución Industrial”) merced a la producción en serie y a la automatización,
al uso de nuevas fuentes energéticas -como el petróleo y la electricidad- y al
desarrollo del motor de explosión. Esto, junto con el impulso de las
comunicaciones que de ello se derivó, produjo ineludiblemente una nueva
relación del arte con la tecnología. Es el momento del nacimiento del cine, que
el propio Benjamin considera el epítome del nuevo arte definido por su
reproductibilidad técnica.
Así
las cosas, se plantea en clase el siguiente ejercicio:
"Elaborar
un diagrama visual que muestre los cambios ocurridos en el paso del siglo XIX
al XX, tanto en el campo científico como en el social y económico, así como en
las humanidades (filosofía, literatura y artes, en general)."
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miércoles, 23 de octubre de 2013
En la era de la reproductibilidad técnica del arte
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