miércoles, 23 de octubre de 2013

En la era de la reproductibilidad técnica del arte



La directora D Arzner, vía http://cortosdeideas.wordpress.com/pioneras-del-cine/



Por primera vez en la historia universal, la reproductibilidad técnica emancipa a la obra artística de su existencia parasitaria en un ritual. La obra de arte reproducida se convierte, en medida siempre creciente, en reproducción de una obra artística dispuesta para ser reproducida. (…) Pero en el mismo instante en que la norma de la autenticidad fracasa en la producción artística, se trastorna la función íntegra del arte. En lugar de su fundamentación en un ritual aparece su fundamentación en una praxis distinta, a saber en la política.
Benjamin, Walter. “La obra de arte en la época de la reproductibilidad técnica”, en Discursos interrumpidos I. Taurus, Madrid, 1973, p. 27-28

                                                                      

Cuando W. Benjamin escribe en 1936 sus tesis sobre “La obra de arte en la época de su reproductibilidad técnica” [así dejó Jesús Aguirre la “reproducibilidad” para la Historia de la Filosofía], da cuenta de que, para el año 1900, la evolución del arte había alcanzado un punto en el que la reproducción técnica ya había conquistado un puesto específico entre los procedimientos artísticos.

Las nuevas formas de producción capitalista alteraron tanto los métodos de producción (seriación, experimentación, procedimiento de ensayo/error) del arte como sus objetivos: El valor de la obra de arte deja de ser cultural –la autenticidad- y se convierte en valor de exhibición ante un público crítico, que no muestra recogimiento, sino dispersión.

La Revolución Industrial fue el detonante de esta alteración de la infraestructura con sus subsecuentes cambios en la estructura y la superestructura; pero en el cambio del siglo XIX al XX se da un nuevo salto (que algunos denominan “Segunda Revolución Industrial”) merced a la producción en serie y a la automatización, al uso de nuevas fuentes energéticas -como el petróleo y la electricidad- y al desarrollo del motor de explosión. Esto, junto con el impulso de las comunicaciones que de ello se derivó, produjo ineludiblemente una nueva relación del arte con la tecnología. Es el momento del nacimiento del cine, que el propio Benjamin considera el epítome del nuevo arte definido por su reproductibilidad técnica.

Así las cosas, se plantea en clase el siguiente ejercicio:

"Elaborar un diagrama visual que muestre los cambios ocurridos en el paso del siglo XIX al XX, tanto en el campo científico como en el social y económico, así como en las humanidades (filosofía, literatura y artes, en general)."

Y esta es la propuesta, en “modo marxista” en honor a Benjamin:


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