viernes, 14 de marzo de 2014

Relato audiovisual (II): Una crítica de cine




Imagen de The Artist Madness (2014), realizado por N.Bordería, M. Cano, H. Dobaran, I. Lopez, J. Moral, y M. Salinas (2014).


Prefiero hacer una película acerca de un tipo paseando a su perro que una acerca del emperador de China.
Citado por L. Hetzberg en Jim Jarmusch: Interviews. Jackson U. P., Mississippi (2001), p.92



La segunda parte del ejercicio № 6 nos exige realizar una crítica de alguno de los cortos que presentamos en el aula, tal como mencionaba en la entrada anterior.

El primer comentario general exige mencionar el fantástico nivel de los vídeos. Todos hacen arte de la vida cotidiana y todos son merecedores de ser vistos y divulgados: por eso, pongo aquí los enlaces donde pueden ser encontrados, en el mismo orden en el que se presentaron en el aula (a excepción del nuestro, que puede ser capturado desde la anterior entrada).


“The note”


“Fiesta del cine”


“Pink lemonade”


“The Artist Madness”


“No sin mis gafas”



Para el comentario particular elegí el titulado:


“The Artist Madness”

Sorpresa con futuro

¡Qué sorpresa me ha producido el corto dirigido por nuestro compañero J. Moral y su equipo! Casi el mismo guion que hubiera grabado mi equipo si un imprevisto no hubiera dado al traste con nuestro proyecto. Y con un punto de vista muy diferente –y un mejor resultado- de la que nosotros hubiéramos realizado, de haber podido seguir adelante. Me quito el sombrero.

En 3´25” comprimen estos talentos la vida que puede llevar en la Facultad un alumno de primer curso de Bellas Artes, de una forma traviesa pero férreamente estructurada. Desde el principio son capaces de capturarnos con una escena sin imágenes -únicamente sonora: una llamada telefónica- que desencadena la visita a la Facultad.

A partir de allí la música, “Mississippi Isabel”, de King Charles, nos va llevando por pasillos y aulas, mientras las puertas se abren, se cierran y vuelven a abrirse. El trayecto dura lo que dura la canción, y la locura de los protagonistas va también acelerando su ritmo al tiempo que el de la melodía.

La aparente sencillez de esta excursión atravesada por el humor se consigue gracias a la frescura de las interpretaciones de los propios estudiantes. Pero, si atendemos a la variedad en los movimientos de la cámara (con panorámicas, tomas cenitales, incluso un travelling circular) o su colocación sorprendente, parece evidente que nos encontramos ante un trabajo nada simple: un elaborado guión plagado de gags visuales (algunos tan logrados como el de la cabeza de arcilla humana) y el encadenado sutil de las secuencias (como la de una mirada que nos dirige de un personaje a otro) denotan que el equipo que ha creado de “The Artist Madness” sabe narrar con buen pulso a la vez que con gracia el mundo que les rodea.

Si son capaces de crear obras como esta cuando cursan su primer año, no quiero dejar de ver lo que serán capaces de hacer en el futuro.

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