viernes, 14 de febrero de 2014

Un relato sonoro titulado "Desde Artxanda hasta Bilbao: La llamada de la música"



H. Gough, en la entrevista realizada por A. Bazin tras un concierto de Presénces Électronique (2013)

Los grandes museos no tienen espacios adecuados [para exhibir el arte sonoro]. Las salas de exposicones tradicionales son una pesadill acústica en toda regla y los comisarios no tienen ni idea de lidiar con una disciplina que vive un auge.
C. Marclay (Marclay expone actualmente “The clock” en el museo Guggenheim de Bilbao.)



El ejercicio no presencial número 5 se plantea en torno a las ideas de “diseño sonoro” consiste en realizar un detallado relato sonoro basado en una narración ideada por el equipo que utilice como única materia sonidos pregrabados y efectos sonoros elegidos expresamente para configurarlo. Se trata de una obra de 5 minutos de duración construida en base a sonidos extraídos de una paleta sonora, entendidos como los colores de una paleta gráfica.


El relato que plantea el Equipo Poe narra las incidencias del desplazamiento de una pareja desde una zona campestre (Artxanda) hasta la ciudad (Bilbao) con el objetivo de escuchar un concierto de música (“la llamada de la música”): el viaje en el funicular, el encuentro con una manifestación, la llegada en tranvía al Guggenheim, en el momento en que comienza a funcionar la “Fuente de Fuego” de Y. Klein y, finalmente, los primeros momentos de preparación de una actuación musical en directo en el kiosko próximo al Museo. Si la música desencadenante de la acción era la nerviosa pieza electrónica “The Radar” de R. Ikeda, al llegar al destino tras el viaje por la ciudad, nos encontramos nuevamente en un ambiente apacible, ante un concierto de jazz.

Éste es el resultado:





Como referentes hemos tenido, en primer lugar la obra Wochenende (Fin de semana) de Walter Ruttman (1928), “una película sin imágenes, una narrativa discontinua basada en las imágenes mentales proyectadas solamente por sonidos (…) que abrió nuevos caminos y anticipó la estética de movimientos como el de la Música Concreta.” (Kac, Eduardo, 2010, p. 2)


El segundo contexto del trabajo es el concepto “paisaje sonoro” que desarrolló Murray Schafer, centrado en la preocupación por el entorno sonoro y muy precisamente, en la relación entre arte y vida. Siguiendo a Schafer, realizamos un esquema en el que marcamos los puntos de inflexión, los hitos sonoros, así como el paso de una zona de alta definición (el campo) a otra de baja definición (la ciudad).


Hemos pretendido una narración clara para cumplir el objetivo de que, en una futura presentación en clase, los asistentes sean capaces de comprender, sin conocer el título de la obra y sin disponer de ninguna información adicional, cuál es el sentido del relato sonoro que han escuchado.


Al igual que en los demás ejercicios colectivos, elaboramos un dossier donde describimos el proceso. Puede consultarse en el siguiente enlace:


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